Además
de los usos recreacionales, el cannabis se ha utilizado de forma
empírica desde la antigüedad por sus supuestas propiedades terapéuticas.
En los últimos años se ha descrito su consumo por parte de grupos de
pacientes en algunas enfermedades y se ha investigado su posible
utilidad en diferentes indicaciones.
El potencial terapéutico del cannabis ha sido revisado ampliamente en numerosas publicaciones científicas [Grotenhermen et al., 2003; Guy et al., 2004; Duran et al., 2004; Abanades et al., 2005] y por organismos como el Comité Científico de la Cámara de los Lores Británica [House of Lords, 1998 o el Institute of Medicine norteamericano, 1999]. La indicación en la que existen más evidencias es en la prevención y tratamiento de la náuseas y vómitos secundarios al tratamiento con antineoplásicos. También hay evidencias basadas en los resultados de ensayos clínicos aleatorizados y controlados en el tratamiento de la pérdida de apetito del síndrome de anorexia y caquexia (SIDA y cáncer terminal), en la esclerosis múltiple; tratamiento del dolor neuropático, control de la espasticidad muscular y otros síntomas, o en el tratamiento del dolor neuropático de otras etiologías.
El potencial terapéutico del cannabis ha sido revisado ampliamente en numerosas publicaciones científicas [Grotenhermen et al., 2003; Guy et al., 2004; Duran et al., 2004; Abanades et al., 2005] y por organismos como el Comité Científico de la Cámara de los Lores Británica [House of Lords, 1998 o el Institute of Medicine norteamericano, 1999]. La indicación en la que existen más evidencias es en la prevención y tratamiento de la náuseas y vómitos secundarios al tratamiento con antineoplásicos. También hay evidencias basadas en los resultados de ensayos clínicos aleatorizados y controlados en el tratamiento de la pérdida de apetito del síndrome de anorexia y caquexia (SIDA y cáncer terminal), en la esclerosis múltiple; tratamiento del dolor neuropático, control de la espasticidad muscular y otros síntomas, o en el tratamiento del dolor neuropático de otras etiologías.
En
la tabla 11 se presentan las únicas indicaciones médicas aprobadas para
la prescripción de algunos de los derivados del cannabis (naturales o
sintéticos) en este momento [Abanades et al., 2005]. En general los
preparados descritos no son el tratamiento de elección de estas
patologías. Los cannabinoides son una alternativa a emplear en el caso
de que no se observe respuesta a otros fármacos. En general no se
consideran medicamentos de primera línea de tratamiento. Como ocurre con
la mayoría de medicamentos, el uso terapéutico de los cannabinoides
precisa de la intervención de un médico para realizar el diagnóstico,
seleccionar el tratamiento y prescribir el que se ajuste mejor a las
necesidades del paciente y hacer el seguimiento de la eficacia así como
de la toxicidad del medicamento y la evolución de la enfermedad.
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