2.12.09

» Las personas con esquizofrenia rara vez matan... a extraños

Hoy haremos alusión a un artículo publicado en el diario digital Público.es:


Las personas con esquizofrenia rara vez matan a extraños

Por Amy Norton

Pese a algunos incidentes muy publicitados en los últimos años, las personas con esquizofrenia rara vez cometen homicidios al azar. Datos de siete estudios en cuatro países revelaron que la probabilidad de que una persona con esquizofrenia mate a un extraño era de una en 14 millones de personas por año. El riesgo sería aún menor cuando el tratamiento del trastorno incluye antipsicóticos, publicaron los autores en Schizophrenia Bulletin.Al analizar 42 incidentes en los que un esquizofrénico mató a un extraño, casi dos tercios de esos homicidas nunca habían recibido la medicación. Para el equipo, es "excepcionalmente raro" que alguien con esquizofrenia mate a un extraño y que el tratamiento continuo de la enfermedad volvería esa situación aún más rara.La esquizofrenia es un trastorno cerebral que hace que una persona se disocie de la realidad con síntomas como alucinaciones, paranoia y pensamientos extraños.La mayoría de los esquizofrénicos no son violentos, pero estudios demuestran que son más propensos que la población general a cometer delitos violentos. En especial, si consumen drogas o alcohol, o eran violentos antes de desarrollar el trastorno. Causan un número desproporcionado de homicidios: aunque son el 0,5 por ciento de la población mundial, se estima que cometen el 6,5 por ciento de los homicidios en el mundo, según el equipo de Olav Nielssen, de la University of Sydney, en Australia. La mayoría de las víctimas son familiares, dijo Nielssen a Reuters Health. En casi la mitad de esos casos, la persona nunca había recibido tratamiento. Los datos surgen de siete estudios realizados en Europa y Australia
sobre los homicidios cometidos por esquizofrénicos. La tasa anual estimada de "homicidios de extraños" osciló de uno por cada 7 millones a uno por cada 18 millones de personas al año.El equipo comparó también 42 homicidios de extraños con 42 asesinatos de familiares. Halló que los primeros delitos tendían a haber sido cometidos por un esquizofrénico sin hogar o que había tenido una niñez muy dura o problemas de conducta en la edad adulta, incluida la violencia.En ambos grupos, más de la mitad de los homicidas nunca había estado en un hospital psiquiátrico ni había tomado un antipsicótico. El 64 por ciento de los 42 que habían matado a un extraño nunca había recibido un tratamiento farmacológico."Dado que una gran proporción de homicidios de extraños y de familiares ocurren antes del tratamiento inicial, las leyes para garantizar el tratamiento continuo no lograrían prevenir los homicidios", dijo Nielssen.El autor afirmó que, en cambio, un enfoque más efectivo sería iniciar el tratamiento lo antes posible, cuando aparecen los síntomas psicóticos. En los países más ricos, dijo Nielssen, la demora entre los primeros síntomas y el inicio del tratamiento es de un año.Para el equipo, un obstáculo clave son las llamadas leyes "de peligrosidad", que exigen declarar que una persona es peligrosa para sí y los demás antes de recibir tratamiento de manera involuntaria. Esas normas rigen en la mayoría de los estados en Estados Unidos y en Australia, la mitad de las provincias en Canadá y en varios países en Europa. El investigador opinó que en lugar de concentrarse en el peligro potencial que representa un paciente, las leyes de salud mental deberían ocuparse de la necesidad individual de tratamiento y de la capacidad o no de rechazarlo.

Y ante esto yo me pregunto, ¿si no matamos a los extraños, por qué la gente nos teme? Si los estudios que se han desarrollado sobre el este tema, la violencia en la enfermedad mental, establecen que los enfermos mentales no son ni mas ni menos violentos que los enfermos de diabetes, los enfermos de cáncer, los enfermos de gripe... ¿por qué los medios de comunicación se empeñan en destacar como un dato relevante el que la persona que comete el crimen tiene o no una enfermedad mental?

17.11.09

VI Cena Solidaria con AFESur

Acto multitudinario que se lleva a cabo desde hace bastantes años en uno de los municipios de la mancomunidad del sureste, una iniciativa generosa y solidaria con la que se intenta recaudar fondos para los distintos proyectos que la entidad lleva a cabo.
Con esta celebración, AFESur pretendía hacer pasar un buen rato a todos/as los/las que quisieron acercarse a compartir mesa en buena compañía y, sobre todo, hacer patente que todos podemos poner nuestro "granito de arena" para ayudar, al que tiene menos suerte que nosotros, con la recaudación obtenida.
Desde aquí queremos agradecer el esfuerzo que, por sexto año consecutivo, han realizado los ayuntamientos de la Comarca Sureste: Ingenio (que este año hacía de anfitrión), Agüimes y Santa Lucía. Muchas gracias por el testimonio solidario y por asumir como suyo el compromiso de AFESur. Y también debemos hacer extenso este agradecimiento a todas aquellas empresas que con su esfuerzo individual colaboran con esta causa.
Durante la cena, dimos a conocer la labor que la entidad lleva a cabo a favor del colectivo de personas con enfermedad mental crónica y su familia, destacando este año el proyecto LANTANA. Un proyecto de Inserción Laboral financiado por la Consejería de Empleo e Igualdad del Cabildo de Gran Canaria, y que se desarrolla en el municipio de Agüimes dentro del Polígono Industrial de Arinaga y en colaboración con ECOAGA. Este proyecto es candidato a los Premios CONAMA a la Sostenibilidad de Pequeños y Medianos Municipios.
Son más de 170 personas las que se acercaron a compartir mesa y es difícil y complicado, como pueden suponer, que todo salga a la perfección. Por eso insistir en agradecer a todos las personas que asistieron e hicieron posible la celebración de este acto.
Esperamos y deseamos volvernos a encontrar el año que viene
¡Seguimos en camino!

11.8.09

Genialidad y... ¿locura?

Una gran dosis de talento, trabajo y constancia han sido, hasta ahora, los elementos básicos que se atribuyen a los individuos creativos. Una nueva investigación añade otro ingrediente más a este cóctel: una mutación genética. Un equipo de investigadores del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Semmelweis en Budapest (Hungría), ha observado que las personas que tienen dos copias de esta alteración en un gen son más creativas que el resto. Pero, la otra cara de la moneda es que ésta también se relaciona con algunos trastornos psicóticos.
¿Genio o loco? Un eterno dilema que ha acompañado a numerosos artistas a lo largo de sus vidas, entre ellos a Dalí, y que muchos científicos han tratado de averiguar ahondando en el funcionamiento del cerebro. Algunos investigadores ya habían apuntado una posible asociación entre ciertos problemas mentales -como la psicosis o la esquizofrenia- y una mayor actividad artística y creativa. Pero ningún trabajo hasta el momento había estudiado los genes de la psicosis y la creatividad en la población general.
Kéri Szaboles, de esta universidad húngara, ha puesto remedio a esta falta de datos. La investigadora, que publica su trabajo en
'Psychological Science', analizó a 200 participantes que consideraban que eran especialmente creativos y no padecían ningún trastorno neuropsiquiátrico y los comparó con otros 128 individuos que no pensaban que tuvieran ese talento. Todos ellos realizaron el Cuestionario de Logros Creativos, una herramienta que se utiliza en la vida real para valorar las capacidades de cada sujeto.
Los autores se centraron entonces en un gen del cerebro, denominado neuregulin 1, que estudios previos habían relacionado con un aumento del riesgo de desarrollar esquizofrenia y psicosis así como con una peor memoria y una sensibilidad a las críticas más alta de lo normal. En concreto, es una mutación en este gen la que se vincula con los trastornos. Se estima que el 50% de los europeos sanos tiene una copia de esta mutación y alrededor del 15% porta dos.
Szaboles observó que aquellos participantes que presentaban ambas copias conseguían la puntuación más alta en el test de creatividad, seguidos por aquellos que tenían sólo una y, por último, por quienes no presentaban la mutación. A la vista de sus resultados, la investigadora señala que este gen parece tener un impacto significativo en la creatividad.
No obstante, indica que "es importante tener en cuenta que las mayores expresiones creativas se encontraron en individuos con un cociente intelectual muy elevado. Es posible que en otra muestra con personas menos inteligentes no se reproduzca esta relación entre el gen y la creatividad".
Actividad en la corteza prefrontal
El modo en el que esta mutación afecta a la creatividad aún no está claro. La investigadora considera que podría tener que ver con el hecho de que la alteración genética afecta a la corteza prefrontal del cerebro, una región relacionada con el humor y los cambios de comportamiento. Así como en algunas personas puede potenciar la creatividad, en otros podría crear ilusiones psicóticas.
Jeremy Hall, genetista de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido, matiza en
'Newscientist' que esto no quiere decir que la psicosis y la creatividad sean parecidas ni la misma cosa. "Existe la idea romántica de pensar que la locura y la genialidad son dos caras de una misma moneda. Pero ¿cuánto hay de verdad en esto? La locura es, a menudo, sólo locura y no tiene que ver con asociaciones genéticas ni con la inteligencia", indica este experto.
Por su parte, Bernard Crespi, de la Universidad de Burnaby (Canadá), aplaude este hallazgo, que considera "muy interesante", pero reconoce que "debe replicarse en otros grupos de población para considerarlo fiable".
ISABEL F. LANTIGUA. Genialidad y... ¿locura? elmundo.es salud/11 08 2009

18.5.09

Esquizofrenia, una enfermedad falsamente estigmatizada

Alicia Mendo /16 may 2009
En España existen unas 400.000 personas que padecen o podrían padecer esquizofrenia, esa enfermedad desconocida, y en mayor parte temida a causa de este desconocimiento. Este alto número se amplía al tener en cuenta a las personas que los rodean, como los familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo e incluso profesionales de la medicina. Por tanto, la responsabilidad de que se produzca un cambio social en la discriminación hacia esta enfermedad es colectiva. Para conocer mejor esta enfermedad hay que saber de donde viene. La palabra "esquizofrenia" significa mente dividida, "mente escindida", y pone un mayor énfasis en la fragmentación de la personalidad que en la evolución. La historia de esta enfermedad puede resultar confusa ya que es difícil encontrar en los libros de psiquiatría los inicios exactos de la misma. Sin embargo, la esquizofrenia ha sido estudiada a través del tiempo por un gran número de profesionales como médicos, psicólogos y filósofos, sin dejar atrás al mundo de la Iglesia y del Arte. Es necesario saber que antiguamente, a las enfermedades graves se les atribuían como causa, la influencia de demonios malévolos. Para sanarlas, utilizaban métodos que en el día de hoy consideraríamos risorios para estas enfermedades, como eran los conjuros, las danzas y los efectos mágicos, los talismanes y otras muchas medidas. Si consideraban que el demonio estaba dentro del cuerpo, realizaban acciones para convertirlo en inhabitable, como eran por ejemplo, los apaleamientos, las torturas e incluso la muerte por hambre del paciente. También realizaban pociones y se las proporcionaban al paciente, para provocar un vómito violento, y en el peor de los casos, hacían que las expulsasen a través de un agujero que les realizaban en el cráneo.
CUANDO EL REMEDIO FUE PEOR QUE LA ENFERMEDAD
Hasta hace no mucho tiempo, hablar ya no de esquizofrenia, sino de enfermedad mental o de "locura" era bastante simple y el hospital psiquiátrico o manicomio era la única respuesta a los problemas de salud mental. Por lo que las perspectivas de futuro que le esperaban a una persona con algún problema psiquiátrico eran bastantes sombrías y en su mayoría de los casos, se reducía a tener que pasar el resto de la vida en una institución psiquiátrica. Los antiguos manicomios tenían características que no favorecían en nada los procesos de mejoría de las personas ingresadas. El aislamiento, la ausencia de tratamientos adecuados, la falta de intimidad, el hacinamiento, los malos tratos, la vulneración de los derechos individuales, la falta de libertad, la anulación de la persona y de sus proyectos vitales, y la marginación eran, entre otras muchas, las características fácilmente reconocibles en este tipo de instituciones. De esta manera, los antiguos hospitales psiquiátricos se constituyeron como espacios y tiempos excluyentes, marginadores, donde la principal función era apartar de la sociedad a las personas que tenían un trastorno, haciéndolo invisible para el resto de la sociedad. El arsenal terapéutico, tanto farmacológico como psicosocial, era en aquella época insuficiente y claramente ineficaz, para conseguir mejorías significativas en las personas afectadas por una enfermedad mental. Intervenciones que, con gran frecuencia, producían daños irreparables en las personas, y en el peor de los casos, su fallecimiento. Otros de los tipos de abordajes de la enfermedad, como los psicosociales, eran casi inexistentes, y los que se instauraron fueron motivados más por las buenas intenciones de los profesionales que intentaban hacer menos penosa la estancia de los ingresados en la institución, que con el objetivo de conseguir una mejoría de éstos. Esos eran tiempos en donde todo lo relacionado con la salud mental, la locura o la asistencia psiquiátrica se movían por el lado oscuro y marginal de los sistemas de protección social o sanitaria. Esto se debe a que en muchos casos, la asistencia psiquiátrica no estaba contemplada en lo sanitario y la atención al colectivo recaía en instituciones religiosas o caritativas, que fueron en muchas ocasiones, la única respuesta a los problemas de salud mental. Afortunadamente, en las últimas décadas la respuesta a los problemas de salud mental han cambiado bastante, gracias al reconocimiento de los derechos de los ciudadanos y civiles de los colectivos con discapacidad así como a la constatación de que la enfermedad mental no se reduce sólo a la presencia de síntomas, sino que se manifiesta también en dimensiones psicosociales relacionadas con a discapacidad y las dificultades para mantener un funcionamiento adecuado e integrado en la sociedad. Otros de los motivos de que se haya producido esta "reforma psiquiátrica" han sido que se haya producido avances en los tratamientos farmacológicos y en la implantación de nuevos abordajes psicosociales provenientes de disciplinas como la psicología o la sociología; el nuevo modelo de entender la enfermedad mental que traslada la visión desde lo incurable a lo curable, desde la cronicidad hasta la recuperación, desde lo biológico a lo bio-psico-social; la extensión de la filosofía de la normalización al colectivo de las personas con enfermedad mental por el que se reconoce que estas personas tiene el mismo derecho a integrarse en la comunidad en los espacios normalizados existentes para cualquier ciudadano; y los movimientos asociativos de profesionales, familiares y usuarios que han presionado de forma activa para que la atención a los problemas de salud mental fuese comunitaria, de calidad e integrada, en los sistemas sanitarios y sociales, porque la enfermedad mental debería tener la misma consideración social que cualquier otra enfermedad. Con todo ello, lo que era una atención "manicomial" se ha transformado en una atención comunitaria, que no sólo contempla los síntomas y las recaídas, sino también la calidad de vida, la autonomía y la integración social de las personas con una enfermedad mental.
VUELTA A LA SOCIEDAD
Según ha explicado la psicóloga Ana Yáñez, las personas con esquizofrenia en un principio sí pueden hacer una vida normal en sociedad, siempre y cuando mantengan controlada la sintomatología de la enfermedad. Su inclusión en la sociedad también dependerá del tipo de esquizofrenia que la persona sufra y el grado de la enfermedad, ya que algunas personas pueden estar bastantes limitadas por el avance de la enfermedad, y sin embargo otros, con un menor grado, pueden mantener una vida normal. Las personas con esquizofrenia presentan déficits comunicativos como por ejemplo, el habla desorganizada y el uso de palabras cortas y monosílabas. Estos son algunos de los síntomas a través de los cuales se refleja la enfermedad. Con el tratamiento psicológico, se intenta potenciar las habilidades sociales, los problemas de memoria y de atención, entre otros, para ayudarle a mejorar los déficit que les produce la enfermedad. En la mayoría de los casos, con un buen tratamiento, la persona puede hacer una vida normal, formar una familia y tener un trabajo. El tratamiento psicológico potencia las áreas en las que la persona con esquizofrenia tiene déficits. De esta manera, se realizan técnicas para que la persona pueda comunicarse con normalidad o, por ejemplo, para potenciar la concentración, se realizan ejercicios de atención a un estímulo durante un periodo de tiempo. El psiquiatra, a través de la medicación, ayuda a la persona con esquizofrenia a paliar los síntomas y a que disminuya la posibilidad de aparición de brotes psicóticos. Así, entre la medicación y la terapia, con un tratamiento multidisciplinar, se puede ayudar a la persona a tener una vida normal en sociedad.
QUÉ ES LA ESQUIZOFRENIA
La esquizofrenia es una enfermedad mental devastadora cuyas causas todavía se desconocen. Aunque el término significa "mente dividida", en contra de lo que se suele pensar, no se trata de una división en dos partes que puede sugerir una "doble personalidad", sino de una división entre la realidad y el paciente, que cada vez se halla más alejado de lo real, y más encerrado en su mundo de delirios y fantasías. Esta separación de la realidad ha conllevado a que la enfermedad se considere una psicosis y por tanto, a los enfermos que la padecen, psicóticos. La esquizofrenia es un desorden cerebral que deteriora la capacidad de las personas para pensar, dominar sus emociones, tomar decisiones y relacionarse con los demás. Es una enfermedad crónica, compleja, que al igual que ocurre con la epilepsia, la diabetes o muchas otras dolencias de larga evolución, no afecta por igual a todos los pacientes, un dato muy importante. Concretando, en tres de cada cuatro casos se detectan los primeros síntomas entre los 16 y los 25 años de edad, afectando con la misma frecuencia a hombres que a mujeres de cualquier país y cultura. Normalmente afecta más gravemente a la persona cuanto más joven es. Ésta es la razón por la que las formas infantiles, poco frecuentes, tienen mal pronóstico. En las mujeres suele empezar algunos años más tarde que en los hombres, motivo por el que la evolución en ellas suele ser más benigna. Asimismo, se puede decir que, cuanto más tardío y brusco es el inicio de la enfermedad y cuanto más normal es el carácter previo del paciente, mejor pronóstico tendrá la enfermedad, mientras que, por el contrario, cuanto más temprano y lento sea, y más retraída y "rara" su forma de ser, peor será el pronóstico. Para hablar de las posibles causas de la esquizofrenia, hay que aclarar que es la enfermedad que, junto al SIDA y al cáncer, más recursos intervienen para investigar sus causas, sin embargo, los científicos aún desconocen cual es la verdadera razón de la misma. De este modo, entre los factores que originan su aparición se encuentra las alteraciones en la química del cerebro, ya que se ha descubierto un desequilibrio en unas sustancias - los neurotransmisores- que son las que permiten a las neuronas comunicarse correctamente entre sí. Otros factores que pueden ser los responsables son las alteraciones en la forma y el funcionamiento del cerebro, la predisposición genética, las infecciones por virus de la madre que pueden provocar lesiones en el feto, y complicaciones en el parto.
SÍNTOMAS
Por otro lado, la esquizofrenia es una enfermedad que presenta muchos y variados síntomas, pero ninguno es específico de ella, sino que pueden encontrarse también en otras enfermedades mentales. Esto es motivo de que en ocasiones resulte difícil diagnosticar a un paciente esquizofrénico aunque los síntomas hagan sospechar de esta enfermedad. En la esquizofrenia los síntomas se clasifican en positivos y negativos. Estos calificativos no tienen nada que ver con el hecho de que sean buenos o malos. Los síntomas positivos consisten en aquellas cosas que el paciente hace o experimenta y que las personas sanas no suelen presentar, como los delirios, las alucinaciones y las conductas extravagantes. Por el contrario, los síntomas negativos son aquellas cosas que el paciente deja de hacer y que los individuos sanos suelen realizar cotidianamente, como pensar con fluidez y con lógica, experimentar sentimientos hacia las personas y las cosas, tener voluntad de levantarse cada día, o emprender las tareas encomendadas, entre otras. Estos síntomas pueden variar a lo largo de la enfermedad, pudiendo predominar unos al comienzo y otros al cabo de unos años del inicio del trastorno. El que predominen unos u otros es lo que determina que a una esquizofrenia se la clasifique de un tipo u otro. Así, la esquizofrenia paranoide es aquella en la que predominan los síntomas positivos, y la hebefrénica simple, es cuando predominan los negativos. El trastorno del pensamiento es uno de los síntomas más habituales en la esquizofrenia. El pensamiento de la persona pierde fluidez y coherencia, y le resulta casi imposible concentrarse o utilizar su mente para operaciones sencillas. Esto se hace manifiesto porque dice cosas que para las demás personas no tienen sentido. Los delirios o falsas creencias también acompañan a esta enfermedad mental, de modo que la persona cree ciegamente en ideas que son falsas y que persisten a pesar de intentar explicárselo. Este es, por ejemplo, el caso de creerse perseguido por alguien o creer que los demás hablan de él, que lo miran... Es lo que en el lenguaje popular se ha definido como paranoia. Las personas con esquizofrenia perciben sonidos, cosas o sensaciones, que en realidad no existen, como por ejemplo, oyen voces, que en ocasiones les insultan o le dan voces, o ven objetos inexistentes, entre otros. Muchas veces estas personas niegan la enfermedad y este es uno de los síntomas que más daño hacen al enfermo y a la familia. También tienden al aislamiento, se encierran en sí mismos y en su mundo interior, rompiendo con el exterior y abandonando todos sus contactos de antaño. Las alteraciones del sentido de sí mismo o los cambios de las emociones de manera repentina y sin motivo son otros de los síntomas de estas personas, que también suelen encontrarse absolutamente desmotivados para hacer cosas, aunque sean sencillas, y pierden de manera progresiva el autocuidado, la limpieza y el orden. La depresión y la angustia de que algo grave le está ocurriendo y que no puede evitarlo, sobre todo al comienzo de la enfermedad, es otro de los síntomas. Todos estos síntomas no tienen porque darse de manera conjunta en una persona con esquizofrenia, ni con la misma intensidad, pero la aparición de los mismos, rompe bruscamente la vida del paciente y hasta que comienza el tratamiento, le impide llevar una vida como la que llevaba antes.
TIPOS
No todas las esquizofrenias son las mismas y no todas evolucionan igual. La esquizofrenia paranoide es la más común. Como su nombre indica, se caracteriza por un predominio de los delirios sobre el resto de los síntomas, en particular, los delirios relativos a persecución o supuesto daño de otras personas o instituciones hacia la persona con esquizofrenia. Por este motivo, el enfermo está suspicaz e irritable y por tanto, elude la compañía, mira de reojo y con frecuencia no come. El tipo de esquizofrenia menos frecuente es la hebefrénica, en la que la característica predominante son los estados de ánimo. De esta manera, los pacientes se ríen sin motivo y de forma poco expresiva, se quejan de problemas extraordinarios y poco concretos y "siempre tienen razón" si se les lleva la contraria. Además, realizan gestos amanerados y utilizan frases repetitivas, y se quedan sin fuerza para hacer nada por su propia voluntad, tendiendo a la apatía. Esta forma es mucho más grave que la paranoide, con peor respuesta a la medicación y con una evolución más lenta y negativa. Por último, la forma más "rara" es la esquizofrenia catatónica, que se caracteriza por alteraciones motoras, ya sea inmovilidad persistente y sin motivo aparente o una agitación. Estos casos son cada vez menos frecuentes en la cultura occidental, aunque existen casos en países menos desarrollados, con niveles culturales bajos. El síntoma típico de tipo de esquizofrenia es la obediencia automática a cualquier orden que le den. No obstante, cuando los casos no reúnen las condiciones de ninguna de las tres formas anteriores, se le denomina esquizofrenia indiferenciada. Además, en un enfermo pueden darse características de las tres formas descritas.
REGLA DE LOS TERCIOS
La evolución de la esquizofrenia es compleja, porque no se da la misma manera la enfermedad en una persona u otra. Aunque no es rigurosamente cierto, desde hace años se habla de la regla de los tercios según la cual, un tercio de los pacientes sólo tendrán un brote en su vida, otro tercio pasará por varios brotes, y el último tercio persistirá con la enfermedad activa de manera constante, aunque con altibajos, y a veces, a pesar de las medicaciones. También se dice que, cuanto más grave e intenso es el brote, más daño le hace a la persona y más mermado le deja, de manera que una persona con un solo episodio esquizofrénico puede quedar más incapacitado que otro con varios. Según las cifras, entre los médicos parece haber un consenso por el cual un 25 por ciento de las personas con esquizofrenia, tras uno o varios brotes, quedan muy restablecidos y pueden afrontar los retos de la vida diaria con satisfacción; otro 25 por ciento queda tan mermado que precisa de forma constante ayuda profesional extrafamiliar, y el resto, un 50 por ciento, evoluciona de manera inconstante con necesidades irregulares de asistencia profesional, pero en su mayoría, con dificultades generales para llevar adelante un proyecto serio de vida. En este 50 por ciento, la familia es básica. La evolución de una persona con esquizofrenia es impredecible y poco homogénea, y depende, en gran medida, de las condiciones sociofamiliares y culturales. Así, por ejemplo, las personas con esquizofrenia que viven en grandes ciudades tienden a evolucionar peor y necesitan más internamiento en centros sanitarios, que las que viven en ambientes rurales. La esquizofrenia evolucionará mejor cuanto más apoyo tenga la persona con esta enfermedad, y más rápidamente se instaure el tratamiento farmacológico acertado y se administre de manera constante. También es importante que se evite la situaciones de riesgo, como son el alcohol, las drogas o el estrés, y que tenga un gran apoyo, comprensión y cariño, de sus familiares y amigos.


Información extraída de:"La esquizofrenia: de la incertidumbre a la esperanza", de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales (FEAFES)Gabinete de Psicología "Ana Yáñez Otero" Prólogo del psicólogo y director del Centro de Rehabilitación Psicosocial de Alcalá de Henares, para el Proyecto Chamberlin.

13.5.09

Radio Nikosia la voz de la locura...

Nikosia es acción, intervención, participación y complicidad.Nikosia es ya movimiento, colectivo, asociación...
Nikosia es una emisora transversal que se abre al público usando distintos canales de comunicación. Emite desde lo que llaman "locura" (escucha aquí un
AUDIO). Es la primera del estado español realizada por personas que han sido diagnosticadas de alguna problemática mental. Nuestro objetivo principal es generar un canal de comunicación social, libre y autonómo, para poder luchar contra el estigma que conllevan estas problemáticas, apoyando también a todos los colectivos sociales que de alguna u otra manera son estigmatizados.Nikosia es un medio de comunicación concebido como servicio público y social, abierto a toda la comunidad.
Es además una experiencia que busca vías alternativas en el área de la salud mental para aportar bienestar y dar acogimiento a las personas afectadas. Lo hace utilizando la radio como medio de expresión y visibilización social, pero también explorando distintas vías como la del arte en tanto modo de expresión que puede desembocar en un tipo de bienestar.
Nikosia interviene a través de los medios de comunicación y utiliza la radio como medio. Participamos en las iniciativas de radios y televisiones,
periódicos, universidades, centros culturales y encuentros artísticos o en instituciones psiquiátricas. Tenemos nuestra base en Contrabanda FM pero contamos con la complicidad y la colaboración de Com Radio y la Cadena Ser como espacios estables desde donde se realizan emisiones nikosianas.Nikosia lleva a cabo todo tipo de proyectos culturales que favorezcan la inclusión activa, la creatividad y la expresión personal de las personas afectadas.
Nikosia es una emisora abierta a la participación de todas las personas diagnosticadas de problemas de salud mental y de la comunidad en general. No es un grupo cerrado de ideas pretenciosas, sino un colectivo de personas que creen en un proyecto y tiran adelante humildemente, abriéndose a todo aquel que quiera sumarse a la iniciativa.
Si consideras que la labor de Nikosia te ha llegado o te ha tocado en algún momento, si consideras valioso y te importa lo que hacemos puedes sumarte a nosotros. También puedes contribuir haciéndote socio de la Asociación Socio- Cultural Radio Nikosia por una cuota muy pequeña. Ponte en contacto.
Nikosia busca y necesita ahora tu apoyo. Puedes leer más en este
comunicado de prensa.Los fondos o medios recaudados se destinarán al funcionamiento de la Asociación Cultural Radio Nikosia y a asegurar la continuidad del proyecto iniciado en el año 2003.

24.3.09

Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención Personas en Situación de Dependencia ¿realidad o sueño?

El Congreso de los Diputados aprobó definitivamente la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a Personas en Situación de Dependencia, conocida como ley de Dependencia, el 30 de noviembre de 2006. La norma está definida como cuarto pilar del Estado del Binestar, tras los sistemas de salud, educativo y de pensiones.
Nació con una inversión total de 12.638 millones de euros hasta la culminación de su desarrollo, previsto para 2013. La ley de Dependencia reconoce, además de prestaciones económicas, derechos de ayuda a domicilio, centros de día y de noche, teleasistencia y plazas residenciales, entre otros, a las personas dependientes que les sea otorgada.
El Libro Blanco sobre la dependencia fija en más de 450.000 el número de empleos que puede generar su desarrollo, a los que hay que añadir otros 115.000 empleos de cuidadores
familiares que se incorporan al mercado laboral.
En la previsión del Libro Blanco, la creación neta de empleo calculada es de 262.735 puestos de trabajo, a los que hay que sumar otros 20.000 inducidos en construcción, adaptación y equipamiento de nuevos recursos y 40.000 más de empleos indirectos, como proveedores
de centros de día y de noche, residencias asistenciales y servicios.
Sin embargo, actualmente no sólo no es suficiente la financiación actual para llevar a la práctica la ley, sino que el Gobierno central debería aportar por lo menos cinco veces más. Así concluyó en febrero el Dictamen del Observatorio de Dependencia. El documento denuncia un hecho que ya han constatado las comunidades: la aportación del Estado está muy lejos de alcanzar el 50 por ciento de la financiación de la dependencia que marca la norma y son las regiones las que deben asumir, además de su parte, la cuantía restante para poder costear los servicios que marca la ley.
Y Canarias. El Observatorio de la Dependencia ha calificado con un 2,5 sobre 10 a Canarias en la aplicación de esta ley, una nota que se comparte con la Comunidad Valenciana y Madrid, siendo las tres autonomías con la calificación más baja, según consta en el dictamen que esta entidad ha redactado una vez superado el plazo de excepcionalidad de la Ley, al cumplirse dos años desde su puesta en marcha.
Los criterios recogidos en el cuestionario fueron diez indicadores objetivos relativos a normativa, apoyo ayuntamientos, equilibrio prestaciones/servicios, solicitudes, dictámenes, prestaciones sin especificar, coordinación con las EELL, nuevas leyes autonómicas, integración en los servicios sociales e innovación y buenas prácticas. El estudio del Observatorio de la Dependencia valora el éxito de implantación de la Ley de la Dependencia en Aragón, Andalucía, Castilla y León y el País Vasco ya que, en estas cuatro comunidades, se ha instaurado un modelo en el que las entidades locales tienen un "destacado protagonismo", así como una coordinación "bien definida" ente la propia comunidad autónoma y las entidades locales de su territorio, han precisado las mismas fuentes. El Observatorio de la Ley de Dependencia destaca positivamente el esfuerzo de algunas comunidades autónomas por impulsar la descentralización, la colaboración entre las administraciones local y autonómica, el refuerzo de la red de servicios sociales básicos y las fórmulas de atención personalizada, así como la simplificación de los procedimientos administrativos para mejorar la calidad de la atención de las personas en situación de dependencia.

18.3.09

Los trastornos leves socavan los recursos para los enfermos mentales

A medida que el sitema ha ido tomando conciencia del olvido al que la sociedad ha sometido a los enfermos mentales y mejorando presupuestariamente la dotación de recursos para su cuidado, los trastornos más leves han ido creciendo hasta devorar cualquier mejora, consumiendo horas y horas de consultas psiquiátricas y relegando el tratamiento de las enfermedades mentales más graves a un segundo plano
Problemas que hace unos años eran interiorizados por el ciudadano, como un desengaño amoroso o la pérdida de un ser querido, se han convertido en motivo de consulta especializada. Según los expertos, psiquiatras en su mayoría, el umbral de tolerancia a la frustración ha descendido extraordinariamente. De este modo, el desarrollo de los diversos Planes de Salud Mental,que ha supuesto un notable salto cualitativo en la atención a los enfermos mentales, se ve lastrado por la avalancha de pequeñas depresiones, angustias y duelos que se han ido incorporando a la agenda de los médicos, provocando el efecto que algún facultativo etiqueta como «paciente gorrón, psiquiatra quemado». A lo que hay que añadir que el paciente con un trastorno leve tiene una capacidad de presión ante el sistema mucho mayor que el enfermo mental. Su capacidad de exigencia es mucho mayor al tener claro los derechos que le asisten como usuario del sitema de salud.
Esta situación se podría mitigar si se llevasen a cabo políticas preventivas que promocionen estilos de vida saludables y un incremento de recursos. Con todo ello, la puesta en marcha de Planes de Salud Mental ha supuesto un salto de calidad en la atención a los enfermos mentales crónicos. Pero, como todo en esta vida, se puede mejorar.
El enfermo mental requiere mucho más que atención sanitaria, es muy importante la rehabilitación psicosocial. Esa parte que no es sanitaria ni social, y que muchas veces permanece en el limbo de las competencias porque las administraciones no quieren asumir como propias, por lo que su dotación económica siempre queda a espensas del técnico de turno que barema si es o adecuado hacerlo.